Nadie presta atención al cielo, hasta que se enamora

martes, 23 de noviembre de 2010

va a ser verdad eso de que todo se transforma




Nunca le gustaron los silencios. Ni las esperas, ni las calles vacías. En cambio ahora sí.
Hablar con la mirada, ser paciente con algo que ni siquiera sabe si llegará y pasear en una calle oscura y fría.
Le gusta el helado de chocolate, los ojos chocolate. Reconocer un perfume por la calle y soñar a medias, en esas veces que estás medio despierta. Últimamente no le molesta entristecerse, al contrario, le da fuerzas para seguir. No sabe por qué pero le gusta conocer gente. Que se dejen conocer.
Nunca llegó a imaginar que un abrazo pudiera decir tantas cosas, como darle al play y que tu CD favorito suene sin pausa.
En cambio ahora odia recordar. Y el calor, lo odia. No le gusta dar abrazos porque sí, ni las sonrisas falsas que todo el mundo muestra.
Ya no le gusta bailar, ni los jerseys esos tan apretados, ni tener las uñas sin pintar.
Ahora más que nunca le duele hacerle daño a los demás.
Por momentos le gustaría tatuarse algo que demostrara que sigue aquí, que tiene algo que decir.
Le encantan los escalofríos, imaginar y soñar.
Va a ser verdad eso de que todo se transforma.


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