Nadie presta atención al cielo, hasta que se enamora

miércoles, 27 de abril de 2011

Las convicciones son más peligrosos enemigos de la verdad que las mentiras.

He perdonado errores casi imperdonables, he intentado sustituir personas insustituibles y olvidar otras inolvidables. He hecho cosas por impulso. Me han decepcionado personas que nunca me lo hubiera imaginado, pero también he decepcionado yo a otras. Me he enamorado y he hecho locuras y me he caído. Me han dado abrazos para protegerme y me he reído cuando no podía. Me han dicho te quiero y he sentido que no significaba nada y aún así he querido creermelo. He hecho amigos eternos. He gritado, saltado y llorado de felicidad. Pero también he llorado escuchando alguna canción, acumulando ciertas imágenes de mi memoria y viendo fotos. He llamado a alguien sólo para escuchar su voz.
Me he enamorado de alguna sonrisa. Me he derrumbado y he salido adelante. He pensado que me iba a morir de tanto echar de menos y no lo he hecho. He tenido miedo a perder a alguien que creía conocer, lo he perdido y aunque no quiera me ha importado. Pero he vivido, todavía vivo y seguiré viviendo.



domingo, 24 de abril de 2011

las cosas más bonitas justifican cualquier locura

En caso de no encontrarse entre los ejemplos mencionados, inserte aquí su propio miedo. Hay sitio para todos. 
envejecer, a enfermar, a morir, al sufrimiento propio, al sufrimiento ajeno. Miedo a los demás y a uno mismo; al pensamiento, al infierno, al vacío, a las mentiras, a las verdades, a las verdades de mentira. Miedo a la compañía y a la soledad. Miedo a lo desconocido, a tu familia, al que tienes al lado, al pasado, al futuro, al ahora, al recuerdo, a la culpa. Miedo a la especulación, a lo que podría haber hecho, a lo que debería haber hecho, a lo que tendría que estar haciendo, a lo que haré, a lo que no haré, a lo que nadie hará por mí. Miedo a la nostalgia, a la tristeza, a las pesadillas, al insomnio, a los espejos, a las miradas, a las palabras. Miedo a la naturaleza. Miedo a mi voz, a despertar. Miedo a la locura, a la inestabilidad, a lo estático, a las sorpresas y a la rutina. Miedo al fracaso, a la derrota, al juicio. Miedo a los abrazos, a las pieles, a las salivas. Miedo anatómico o místico. Miedo escénico, estético, ético, moral, religioso, ateo, agnóstico, anárquico. Miedo aleatorio. Miedo a sobrevolarte, sobrecogerte, sobreexponerte. Miedo al silencio, al ruido, a la oscuridad, a la ignorancia propia, a la ignorancia ajena. Miedo a morir de miedo, a llorar de miedo. Miedo a ser. Miedo estúpido, épico. Miedo a los traumas, a las depresiones, a nuestras ideas, a las ideas de los otros, al rechazo, al dolor, a perder, a encontrar, a vivir. Miedo a la razón y a lo que la razón no ve; a lo invisible, al infinito, al tiempo, a la eternidad. Miedo a vosotros, miedo a mí. Miedo a retroceder, a avanzar. Miedo a pedir ayuda, a amar, a que nos amen. Miedo a tus diablos y a los míos. Miedo a necesitar, a depender, a que no nos necesiten, a que nada dependa de nosotros. Miedo al destino y al azar. Miedo a la libertad, a las cadenas, a no amar, a que no nos amen. Miedo a preguntar, a no saber, a no entender, a no asumir, a no formar parte. Miedo a la violencia, al individualismo, a la obsesión. Miedo a mirar, a no ver, a no ser vistos, a desaparecer. Miedo a moverse. Miedo tardío. Miedo a lo inevitable, a lo lógico, al caos, al desnudo, al cuerpo; al tuyo y al mío. Miedo al desamparo, al desaliento, al descuido. Miedo lastre, amnésico, clásico, recurrente, inseparable. Miedo a la risa, a la carcajada, a la liberación, al hundimiento y a la superficie. Miedos sin nombre y sin cara, miedos anónimos. Miedo al latido, al susurro, al temblor y a las evidencias. Miedo a la indiferencia. Miedo único, miedo catastrófico. Miedo afirmativo, dubitativo, ingenuo, encubierto, disfrazado. Miedo en carne viva. Miedo inimaginable, concentrado. Miedo común, suicida. Miedo animal, humano, existencial. Miedo a las decisiones tomadas, a las que no hemos tomado y deberíamos haber tomado, a las olvidadas, a las futuras, a las pasadas.



lunes, 11 de abril de 2011

descubrimientos básicos; estamos aquí para algo

Como prólogo... que una de sus aficiones preferidas es mirar. Que entra sin permiso por las ventanas de tus ojos y obtiene toda la información que necesita. Que su sensor emocional es casi infalible y cala al ser humano. Que cuando acierta sabe de ti mucho más que tú. A veces prefiere perder sueño a perder experiencias. Si deseas captar su interés, no le cuentes tu vida, deja que la descubra. Es otra de sus aficiones preferidas. Que le encanta provocar pero que lo hace con la intención de normalizar. Que desprende locura y piensa seguir mostrándola hasta que no le queden fuerzas. De ahí su frescura. De ahí que siga pensando que si se puede imaginar, se puede hacer. Que ha aprendido a perder con el único objetivo de ganar. Y que sabe que esta sociedad no comparte sentimientos. Que no hay nada que le atraiga más que la gente que crea mundos diferentes. Siempre habrán prohibiciones que marcarán tu vida. Tú tan sólo debes escuchar tu fuerza, crear tu lucha y dejarte guiar. No creas demasiado en la autoayuda.
Para empezar... debes saber quién eres, saber como es la gente que te rodea, conocer tus límites y perder el miedo a la muerte. Quizá esto último sea lo más valioso. La vida es paradójica; me encantan las contradicciones. Nutrirse de las lecciones que se aprenden de los momentos malos y de los buenos. En este universo no hay reglas. No son necesarias, no sirven para nada, sólo están para que te las saltes. Todo tiene dos caras, todo tiene dos perspectivas. Así pues, tampoco hay etiquetas, ni normas. Creo en las listas, me encantan. Una lista de conceptos, una lista de ideas, una lista de sentimientos, una lista llena de felicidad. Una lista de descubrimientos. Yo tengo una máxima: si crees en los sueños, ellos se crearán. Creer y crear son dos palabras que se parecen tanto porque en realidad están cerca. Tan cerca como que si crees, se crea. A veces, las palabras son las que te proporcionan los caminos. A veces, las frases más importantes son las que menos importancia creemos que tienen. Eso sí, cree pero jamas a pies juntillas. Todo es cuestionable, todo es discutible.
Para seguir... debes tener claro que las pérdidas son positivas. Debes saber que tarde o temprano todo lo que ganas lo perderás. Hay que aceptar la pérdida, pero no poniendo el énfasis en la palabra ''aceptar'', sino en ''pérdida'', ya que aceptar es una cuestión de tiempo y perder es una cuestión de principios. Sin duda alguien genial decidió dotarnos de humor, la salvación a todos nuestros conflictos... Un sentimiento extraño que nos permite darle la vuelta a todo, cuando y como deseemos. ¿No te gusta cuando la música se repite tantas y tantas veces que ya no oyes las palabras, los sonidos? Entonces esa música, esas palabras son como el viento, algo que está ahí, que notas, sientes, pero que no necesitas escuchar, tan sólo sentir. Ya había aprendido a hablar sin tapujos de la pérdida y la había transformado en ganancia. Me gusta cuando las palabras hacen de las suyas, cuando los errores crean conceptos. Saber que no existe la palabra dolor, lo que existe es el umbral del dolor; el momento en el que tu cabeza piensa que le va a doler algo. Aprender que el dolor es una palabra que no tiene ningún significado práctico; al igual que el miedo. Son palabras que asustan, que provocan dolor y miedo. Pero, en realidad, cuando no existe la palabra, no existe la esencia de lo que quieren significar. Siempre seguirás sintiendo esos pinchazos, a veces directos al corazón, pero no se trata de ser de hierro o insensibles, sino de dejar que te penetren, dejar que te toquen y volver a pensar que es lo que sientes. Cuando conoces que tienes, es más fácil superarlo.
                                       
                                          continuará...

domingo, 10 de abril de 2011

En aquella época eras feliz y no lo sabías. Quizás ahora también lo seas y tampoco te des cuenta.

Que ni fuma para sentirse menos solo ni bebe para olvidarse de sus pequeños problemas, que siente como todo esto se le queda pequeño y ve pasar las oportunidades al compás de sus pasos, que protesta por todo cuando debería estar dando gracias, que es híper sensible aunque la gente piense lo contrario, que odia que la gente le vea llorar y aún así no se lo guarda para el solito. Acumula tanta impotencia y rabia en su interior que a veces se da miedo, que cuando está mucho tiempo callado es porque teme abrir la boca y derrumbarse, o dejar a más de uno en treinta y tres, que días como hoy prefiere quedarse en casa para reflexionar y odiarse por no hacer que el momento sea ahora, que cuando está feliz solo le apetece imaginar su futuro, que es tan orgulloso y cabezota que a veces no se da cuenta de lo que está perdiendo, que inconscientemente le gusta llevar la contraria a la gente, que tiene un humor un tanto curioso, que se ríe y te mira así constantemente… Él, aparentemente tan alegre y tan seguro de sí misma. Tan inocente. Él, que se levanta de sus tropiezos gracias a las palabras de aquel gran amigo. Él, que tropieza una y otra vez con la misma piedra. ´Él, que odia que la gente se auto compadezca y se preocupe por gilipolleces cuando fuera de aquí la gente muere por hambre. Él que piensa en un futuro mejor. Que sueña con despertar un día y encontrar ese mundo en el que todo está a tu alcance con apenas la luz del sol. él, que en su diccionario no aparece la palabra: ''abandonar''.




jueves, 7 de abril de 2011

todo lo que hubiéramos sido tú y yo si no hubiéramos sido tú y yo

Un mundo al alcance de todos con el color del Sol. Un sitio cálido donde los besos pueden durar diez minutos, donde los desconocidos pueden ser tus mejores aliados y donde el contacto físico pierde su connotación sexual. Donde el cariño es algo tan cotidiano como comprar el pan y donde el miedo pierde su significado. Donde la muerte no es eso que le pasa a los demás, donde la vida es lo más valioso y donde todo está donde tú quieres que esté.
Pensar que la vida es todo esto, pero también es ver todo lo que sentimos y no decimos, el miedo a que nos quiten lo que tenemos, reconocernos enteramente y apreciar quiénes somos cada segundo del día. 


sábado, 2 de abril de 2011

para ti son debilidades, para mi sensibilidades

El amor más hermoso es un cálculo equivocado, una excepción que confirma la regla, aquello para lo que siempre habías utilizado la palabra "nunca". Qué tiene que ver ella con tu pasado. Es una variable enloquecida de tu vida. Pero no voy a convencerte de ello. El amor no es sabiduría, es locura...