Nadie presta atención al cielo, hasta que se enamora

domingo, 10 de abril de 2011

En aquella época eras feliz y no lo sabías. Quizás ahora también lo seas y tampoco te des cuenta.

Que ni fuma para sentirse menos solo ni bebe para olvidarse de sus pequeños problemas, que siente como todo esto se le queda pequeño y ve pasar las oportunidades al compás de sus pasos, que protesta por todo cuando debería estar dando gracias, que es híper sensible aunque la gente piense lo contrario, que odia que la gente le vea llorar y aún así no se lo guarda para el solito. Acumula tanta impotencia y rabia en su interior que a veces se da miedo, que cuando está mucho tiempo callado es porque teme abrir la boca y derrumbarse, o dejar a más de uno en treinta y tres, que días como hoy prefiere quedarse en casa para reflexionar y odiarse por no hacer que el momento sea ahora, que cuando está feliz solo le apetece imaginar su futuro, que es tan orgulloso y cabezota que a veces no se da cuenta de lo que está perdiendo, que inconscientemente le gusta llevar la contraria a la gente, que tiene un humor un tanto curioso, que se ríe y te mira así constantemente… Él, aparentemente tan alegre y tan seguro de sí misma. Tan inocente. Él, que se levanta de sus tropiezos gracias a las palabras de aquel gran amigo. Él, que tropieza una y otra vez con la misma piedra. ´Él, que odia que la gente se auto compadezca y se preocupe por gilipolleces cuando fuera de aquí la gente muere por hambre. Él que piensa en un futuro mejor. Que sueña con despertar un día y encontrar ese mundo en el que todo está a tu alcance con apenas la luz del sol. él, que en su diccionario no aparece la palabra: ''abandonar''.




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