Nadie presta atención al cielo, hasta que se enamora

martes, 21 de diciembre de 2010

welcome to my life

       Antes que nada, perdona si huele un poco a cerrado, hacía mucho tiempo que nadie se alojaba aquí, y menos aún con la intención de quedarse.

Puedes dejar tus cosas aquí, entre los años que te busqué y los que te pienso seguir encontrado. Los primeros están llenos de errores, los segundos, teñidos de ganas de no equivocarme otra vez.

El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Ni muy pequeño como para sentirse incómodo, ni demasiado grande como para meter mentiras.
Y hablando del tema, he intentado que la temperatura del agua siempre estuviera a tu gusto, pero de vez en cuando podrás notar un jarro de agua fría.
Tampoco acaba de funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitarán más de un lavado, es inevitable. Y hay cosas del futuro que, como es normal, se acabarán gastando de tanto lavarlas. La recomendación, ensuciarse a su ritmo y en su grado justo.

         Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú. Aquí no vienes a competir con nadie, sino a compartirte a mí. Ya lo de dar explicaciones, déjalo para otros.
El resto, no sé, supongo que está todo por hacer. Encontrarás que sobra algún tabique emocional, que falta alguna neurona por amueblar y que echas de menos, sobre todo el principio, alguna reforma de fachada y estructura. 
Dime que tienes toda la vida, y podré empezar a pedir presupuestos
Dime que intentaremos toda una vida e iré encofrando mis nunca más.


No hay comentarios:

Publicar un comentario