Nadie presta atención al cielo, hasta que se enamora

martes, 14 de diciembre de 2010

FOUNTASIS

¡No ¡No me gustan los pies y las manos frías!
No, a mi lo que me gusta es… No sé… Ah, sí, por ejemplo, una cosa que me gusta: ir a una librería y encontrar un libro que me muera de ganas por leer. Sí. Y también me gusta mucho encontrar en los libros, prestados, o míos, frases subrayadas o páginas marcadas. 
Me gusta ponerme los calcetines y comer galletas María. Son un gran invento.
Por el contrario… ¡No me gustan los cargadores del móvil, el gotelé y tampoco tener ganas de mear cuando no estoy en mi casa!
Mira, una cosa que me encanta: la inocencia de los niños. 
No me gusta la impotencia de saber que he perdido el tiempo.
No me gustan los peces, la ignorancia y el color verde moco. 
Me gustan mucho las sorpresas, los perros, morirme de la risa e Inglaterra. 
Me gustan los muebles blancos, el agua y mi cama. Pero no me gustan las manos sudadas ni el abandono de los animales.
Me gusta mucho ser testigo de una escena tan grande que nadie se atrevería siquiera a poner en una película.
Me gusta el paseo de Los Cancajos los domingos por la tarde. También me gustan mucho las fotos y las películas que me hacen llorar.
Ah sí, me gustan mucho los mini cooper y el escarabajo azul que vi este verano. Pero no me gustan nada las agujas, los supositorios y vomitar.
No me gusta nada de nada tener algo que hacer entre las tres y las cinco de la tarde, ni levantarme antes de las diez (debería ser ilegal) ni las críticas que no son constructivas.
No me gusta la idea de que durmamos un tercio de nuestra vida, aunque me encante dormir, ni tampoco la idea de que ahora perdamos el tiempo en redes sociales en vez de conocernos como debe ser, pero sí la idea de que después de la muerte no será peor que antes del nacimiento.
Me gustan Chanito, Jaboncillo, comer pipas y apoyar la cabeza en alguien.
Y peor… no me gusta la indecisión, el desorden y cagar. 
Me gusta mi perro cuando llego a casa y se muere moviendo el culo para que le acaricie, pero no me gusta cuando está mojado porque ha llovido y se me tira encima.
Cuando era cría me gustaba el olor del pegamento, del pan tostado y comer plastilina. Pero siempre me ha gustado oler las cosas nuevas, sobre todo la ropa.
Me gusta escuchar los Beatles en el coche, que me soplen en la nuca y las personas libres de sí mismos y de los demás, libres de verdad.
Y nunca me ha gustado regalarle a mis padres por navidad.
Me gusta el primer día de vacaciones y la sensación del día antes de vacaciones.
Me gusta mucho los helados, los relojes, escuchar a las personas, que me escuchen y escribir en mi libreta roja. Pero no me gusta cuando no dan nada interesante en la tele y menos cuando me tengo que ir a dormir y no tengo sueño. Sin embargo, cuando salgo por la noche, me gusta mucho pararme y mirar el cielo.
Me encantan los caramelos, menos el de anís, caminar por el parqué, el color azul añil y el blanco. Pero odio la sensación de estrés que producen los exámenes y un viejo de ochenta años casado con una putona de veinte.
Me gusta leer, buscar vídeos en youtube, la colonia de hombre de Pacco Rabane y la sinceridad.
Por el contrario, detesto la monotonía, tener que meter los platos en el lavavajillas o fregar la losa y que las cosas buenas cambien.
Y para terminar, cuando voy al cine a ver una película me gusta mucho cuando llega la palabra: FIN.



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